Movility

Movámonos con inteligencia

Con el incremento en producción de autos eléctricos, el tema del futuro de la movilidad es casi obligado en el ámbito de las Tecnologías de la Información. En el horizonte de un futuro digital, la movilidad urbana promete redefinirse a una velocidad por arriba de los límites establecidos. 

Y es que, si pensamos en las calles atestadas y las congestiones interminables que ahora parecen inevitables y casi norma de cualquier gran urbe, nos obliga a considerar opciones tecnológicas que cambien este paradigma urbano. 

Con las posibilidades que hoy vemos en las tecnologías de la información y las comunicaciones, la movilidad deja de ser un dilema cuyo entendimiento va más allá de, simplemente, moverse de un lugar a otro, para transformarse en una experiencia interconectada, inteligente y altamente personalizada.

Serán muchos los dispositivos que se comenzarán a ver en las calles y autopistas en los años venideros. Desde los sistemas de gestión del tráfico inteligente, que se basan en datos en tiempo real y algoritmos avanzados para optimizar la circulación vehicular, hasta las aplicaciones de movilidad que ofrecen a los usuarios una visión completa de las opciones de transporte disponibles, la tecnología estará infiltrada en todos los aspectos de la movilidad urbana.

Y ahora que hablamos tanto de inteligencia artificial (IA), será mejor que la entendamos y nos acostumbremos, pues ésta será el cerebro detrás de muchas de estas soluciones, como un elemento inherente de la transformación digital en la movilidad. Los algoritmos de la IA están encaminados a analizar datos masivos de tráfico, patrones de comportamiento y preferencias personales para brindar una planificación de viaje perfectamente adaptada a cada individuo. 

El alcance de la red

Esta personalización no solo ahorrará tiempo, sino que también abrirá la puerta a un nuevo ecosistema de opciones de transporte sostenible, como el ciclismo, la caminata y el transporte público. Al final de cuentas, todo estará interconectado. 

Esto nos obliga a pensar en vehículos autónomos, que estarán impulsados por sistemas altamente sofisticados de IA y vaya que generarán un impacto transformador en la movilidad urbana. No solo por el potencial de hacer que los viajes sean más seguros, sino la intrínseca eficiencia y optimización en los flujos de tráfico. 

La democratización del acceso al transporte también será factor, pues los vehículos autónomos podrían mejorar la movilidad de personas con discapacidades o limitaciones de movilidad.

Pero, la movilidad en un futuro digital no se limita a los vehículos. La infraestructura urbana también se está adaptando a esta revolución. Semáforos inteligentes ajustando ciclos en tiempo real, sistemas de estacionamiento inteligente con sensores para guiar a los conductores a espacios disponibles y control sobre los cruceros con algoritmos capaces de evitar cualquier riesgo de colisión, entre muchos otros ejemplos, van a formar verdaderas redes neuronales dedicadas a la movilidad.

Inteligencia en ciernes

Esto apenas empieza. Existen desafíos en el camino, como la inversión en infraestructura y tecnología suficiente, lo que requerirá de la colaboración sólida entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad en general.

Pero no dudemos nada que la movilidad en el futuro digital representará una evolución radical con respecto a cómo nos movemos, así como la manera en la que interactuamos con nuestras ciudades y vivimos nuestras vidas cotidianas. 

Los conocedores del tema vaticinan un alivio de la congestión y de la contaminación, y permitirá crear ciudades más habitables, sostenibles y conectadas. 

Se habla mucho de la IA, cierto, pero creo que aún no hemos explorado lo suficiente el impacto que ésta tendrá en los diferentes escenarios de nuestras vidas.

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