El cuidado del medio ambiente en el planeta ha ganado tal nivel de conciencia que por fortuna comienza a involucrar a expertos de muchas áreas y actividades de desarrollo, tanto empresarial, como académico y de tecnología. El problema del sargazo en la Riviera Maya es el ejemplo perfecto de un reto multifacético que afecta tanto al medio ambiente como a la economía local y en el cual se está logrando la intervención de especialistas de todo tipo.
La contaminación de los océanos ha sido una preocupación creciente en el mundo y dio origen al concepto de Economía Azul, que pretende lograr un balance entre el desarrollo económico y el cuidado ambiental y sobre el que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dado puntual seguimiento en los últimos años.
La economía azul es en sí mismo un modelo sostenible de desarrollo marino que, al agregar el componente de las tecnologías de la información, ofrece una ruta prometedora para abordar el desarrollo de posibles soluciones para combatir el problema de sargazo en México.
La afluencia masiva en la Riviera Maya comenzó a hacerse crítica al menos desde 2015. Esta enorme masa de algas tiene impacto negativo el turismo y ha generado problemas ambientales, incluyendo la degradación de ecosistemas costeros y la emisión de gases tóxicos. A pesar de los esfuerzos de limpieza y barreras flotantes, las soluciones actuales son insuficientes y costosas. El gran desafío es lograr enfoques más sostenibles y eficaces.
Una de las líneas de desarrollo está centrada en convertir el sargazo en recursos útiles (biogás, fertilizantes, materiales de construcción) es una estrategia clave de la economía azul. Este es un proceso de fermentación que arranca con un proceso de limpieza de agua salina para posteriormente exponerlas a microorganismos como bacterias, hongos y actinomicetos. Con esto se logra descomponer el alga para incorporar posteriormente organismos micrófagos (lombrices rojas, por lo regular), que dejan convertidas a las algas en granos que permiten a los cultivos agrícolas tener una mejor absorción.
Información Azul
Por otro lado, la recolección y procesamiento del sargazo puede beneficiarse de manera significativa de los avances en tecnologías de la información. Por ejemplo, el uso de drones y satélites para monitorear y predecir la llegada del sargazo, ayudarán a tomar medidas preventivas y a reaccionar más rápido para procesarlo.
Asimismo, y como en cualquier proceso industrial, sistemas de automatización y control con herramientas acelerarían la recolección. Sumado a ello, los nuevos modelos de analítica y de inteligencia artificial, asegurarían un procesamiento más veloz.
La Tecnología de Información debe verse también como un facilitador crucial para desarrollar esquemas de colaboración transfronteriza; un aspecto fundamental para enfrentar esta problemática. Es muy importante contar con la capacidad de intercambiar datos entre organismos de diferentes países. No solo se trata de intercambio de conocimientos sino también de mejores prácticas relacionadas con problemas similares, n
exclusivamente de sargazo. Tecnologías como los sistemas de información geográfica (GIS) y las plataformas de análisis de big data serán sin duda herramientas valiosas para este fin.
En este sentido, los sistemas de información en tiempo real pueden mejorar significativamente la capacidad de respuesta ante la llegada del sargazo. Esto incluye aplicaciones móviles y plataformas en línea con las que los organismos involucrados podrían luchar contra el sargazo, tal como la UNAM lo está haciendo con la UNESCO y otros participantes.
Una batalla en la que el monitoreo en tiempo real permitiría coordinar acciones de limpieza de manera más efectiva. De hecho, en el Conacyt se ha planteado la idea de crear un sistema nacional de monitoreo y alerta.
Saber y hacer saber
La educación y concienciación sobre el sargazo y la economía azul jugarán un rol fundamental. Las plataformas en línea, las aplicaciones móviles y las redes sociales pueden ser utilizadas para difundir información y promover prácticas sostenibles entre locales y turistas. De crearse un modelo de comunicación adecuado que saque el mayor provecho posible de estas plataformas tecnológicas, los resultados se reflejarían con apoyos a través de la aprobación social.
Lo que aportan las diversas plataformas de tecnologías de la información (desde analítica avanzada hasta publicaciones en redes sociales) a la economía azul ayudará a enfrentar el problema del sargazo de manera integral y sostenible. Esta integración puede facilitar soluciones más eficientes y de menor impacto ambiental, además de promover la cooperación y el intercambio de conocimiento a nivel global.
Un enfoque combinado de economía azul y tecnología de la información ofrece un camino prometedor hacia la resolución del problema ambiental y, por fortuna, parece que se está tomando en cuenta en el caso del sargazo en la Riviera Maya. Mediante la adopción de estas estrategias y la cooperación internacional, la región puede transformar este desafío en una oportunidad para un futuro más sostenible y próspero.