Observar el mercado de las Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones en el tiempo, es como mirar un jardín en cámara rápida, con flores que abren y cierran sus pétalos, hongos que crecen vertiginosamente para marchitarse al instante o plantas que crecen rápido para luego mantenerse en su tamaño por el resto del video.
Particularmente, con el desarrollo casi espontáneo de start ups que florecen rápido pero no logran pasar el abismo del crecimiento de Geoffrey Moore, o empresas que crecen rápido y se mantienen por más tiempo en el mercado. Pero en este ejercicio voyerista del desempeño de los mercados del siglo XXI la constante es una: el crecimiento siempre es acelerado.
Esta particularidad en el mundo empresarial se debe a la manera en que evoluciona la tecnología y también la velocidad y constancia con la que ocurren cambios en el mercado. Dentro de este entorno. Las empresas buscan sacar ventaja de las innovaciones tecnológicas, buscan crear modelos de negocio disruptivos y diseñan estrategias de mercado eficientes para lograr un rápido crecimiento.
Al frente de estas compañías han encontrado cabida mentes joviales cuyo modelo de liderazgo les permite, si no entender rápido lo que pasa a su alrededor, sí a actuar de manera inmediata. Muchas de sus decisiones, incluso, podrían parecer poco cuerdas, pero eso es precisamente lo que los define.
En consecuencia, es posible afirmar que, para estas empresas, una condición sine quanon es que su idea de liderazgo sea completamente distinta. Quienes son expertos en temas de liderazgo y coaching y que se han capacitado en estos temas durante décadas, es posible que tengan que correr a actualizarse.
Las empresas ya no pueden permitirse operar bajo enfoques tradicionales de gestión y liderazgo y tienen que enfrentar un cambio de paradigma en la forma de dirigir. O mejor léase: ¡Tienen que ser más atrevidos!, mucho más atrevidos.
Innovación como ingrediente de facto
Tal vez un modelo vigente es Elon Musk, el director y fundador del fabricante de autos eléctricos Tesla. Más allá de competir en el mercado de manufactura de automóviles, el ahora magnate sudafricano pensaba en teléfonos inteligentes con ruedas, capaces de ofrecer una movilidad hiperconectada para los usuarios. Pero ahora está pensando en otras locuras, como redes satélites que echen al cesto de la basura la telefonía celular, o viajes espaciales recreativos. Esa visión única, la del innovador, es una cualidad de estos líderes, que tienen la mirada mucho más a la distancia que sus colegas.
Esto me hace recordar a Gene N Landrum quien en su libro El perfil de los genios, trata de identificar rasgos y patrones en la personalidad de 13 mentes brillantes que transformaron el mundo en el siglo XX, como Bill Gates, Steve Jobs, Soichiro Honda, Akio Morita y Ted Turner; por mencionar a algunos de ellos.
Por lo tanto, la tentadora idea de encontrar un perfil para los “Líderes exponenciales” se intensifica junto con el brote de este tipo de empresas vistas con mi visor de cámara rápida. Y lo primero que veo es que la capacidad de ver un futuro que nadie más puede mirar es sin duda uno de esos rasgos de este perfil.
Hoy parecería inconcebible la idea de que el gigante azul de los 80’s, IBM, no pudo darse cuenta de la idea del enclenque jovencito de enormes gafas, Gates, de pretender tomar el control de todo el hardware siendo dueño de un sistema operativo único que corriera en todas las computadoras, incluso las de casa (que por supuesto, era un mercado casi nulo entonces). Lo que hoy suena lógico, fue un motivo de burla y desconfianza en su momento.
Esto nos lleva a otro rasgo que casi es consecuencia… o viceversa. Aunque no pienso entrar en el dilema del huevo y la gallina, pienso que sin ser innovador, no se puede irrumpir con un futuro distinto; o ver un futuro diferente genera en automático procesos innovadores de pensamiento. Como sea en cada caso, estas personas tienen esas dos cualidades juntas. Quién pensaría que se podía arrebatar un gran pedazo de pastel a la industria hospitalaria con un software que permitiera a los particulares alquilar sus casas o departamentos. Bueno, Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk; pensaron que era posible e inspiraron a muchas personas para sumarse a la plataforma y desarrollaron AirB&B.
Inspiración exponencial
Esta mentalidad en un líder puede generar un ejército de innovadores trabajando para un fin común. Tal como lo hizo Jeff Bezos, fundador de Amazon, con el modelo Day 1, que está orientado a hacer que las personas siempre piensen que la empresa está apenas arrancando, cuando todo es nuevo y está por diseñarse y construirse, donde cada movimiento, cada decisión y cada acción parecen cruciales para determinar el éxito futuro de la organización.
Esto implica que los empleados se obsesionen por los clientes; sí, como si fuera el primer cliente; fomenta que las personas no busquen apegarse a métodos y procesos una vez que los dominan; permite la experimentación constante; busca erradicar zonas de confort y la rigidez de las estructuras organizacionales; y obliga a tomar decisiones con base en información completa, y no dar nada por sentado porque ya se ha hecho muchas veces. Muchos errores graves se comenten bajo la sombra de la costumbre o la rutina.
Otro rasgo importante es la habilidad que tienen para delegar tareas vitales para los proyectos a los miembros de sus equipos de trabajo, pues el crecimiento exponencial es de alta demanda y para un concentrador de trabajo o decisiones, resultaría imposible salir adelante. El crecimiento sostenible no puede depender solo de las decisiones propias de un líder.
Esto a su vez deja al descubierto otra habilidad de un líder exponencial, y es su capacidad para atraer al talento indicado. Pero estas personas con cualidades para crecer en empresas de este tipo seguramente no se sentirán seducidas por ambientes de trabajo, llamemos, ortodoxos. El líder exponencial tendrá que atraerlos solo si tienen las condiciones adecuadas, como proyectos de largo alcance y retadores, acceso libre a la proactividad y sin obstáculos para el desarrollo de sus tareas y colaboración con pares igualmente capaces y ansiosos de crear y desplegar proyectos de largo alcance.
Para este modelo de empresas, la cultura organizacional debe fomentar la innovación, la colaboración y la rápida adaptabilidad a nuevos escenarios. Son organizaciones con tuberías de comunicación sin “sarro”, donde la comunicación es abundante y efectiva, orientada al logro de objetivos. En empresas como Google, son bien conocidas sus reuniones de informe de resultados para los empleados, los cuales son amenizados con comida, bebida e incluso estrellas de rock. Es decir, conocer los estados financieros es como ir a un festival. Claro, sobre todo si los indicadores siempre se muestran con gráficos de pendientes positivas. Fácil observar estos dos últimos ingredientes: Comunicación y “buen ambiente”.
En un entorno de crecimiento exponencial, el cambio es constante. Los líderes exponenciales deben ser ágiles y capaces de adaptarse de manera rápida a las circunstancias cambiantes. Estos nuevos dirigentes toman decisiones audaces en un entorno en constante cambio. Herramientas como «El Método Lean Startup» de Eric Ries, ayudan a establecer una toma de decisiones ágil y basada en datos que tienen como objetivo permitir a las empresas experimentar y aprender rápidamente de sus acciones.
El liderazgo en empresas con crecimiento exponencial es una amalgama de habilidades, cualidades y enfoques que se adaptan a las demandas cambiantes de un entorno de rápida evolución. Líderes visionarios como Elon Musk, Sheryl Sandberg, Jeff Bezos, Satya Nadella y Anne Wojcicki; han demostrado cómo estas características pueden impulsar el crecimiento y la innovación en sus respectivas empresas. Al combinar una visión audaz con agilidad, empoderamiento y una cultura sólida, los líderes exponenciales están preparados para navegar por los desafíos y aprovechar las oportunidades únicas que ofrece el incierto y cambiante mundo empresarial actual.