6 Mitos de la IA

6 mitos de la Inteligencia Artificial

Siempre que un tema se vuelve una tendencia y las conversaciones en torno a ella comienzan a formarse como fractales descontrolados, los hechos se diluyen entre la imprecisión, la emotividad y hasta la manipulación. Qué mejor ejemplo actualmente que la Inteligencia Artificial. 

En la historia, los seres humanos hemos acariciado la idea de crear y convivir con inteligencias desarrolladas por nosotros mismos, sistemas que piensen y actúen con “libre albedrío” con la finalidad de hacer nuestra vida más fácil y placentera. 

Pero la Inteligencia Artificial no fue más que una narrativa de ficción hasta posiblemente finales del siglo pasado y, aunque ya la veíamos aproximarse en las primeras dos décadas del siglo XXI, posiblemente, en la población en general (y no en ámbitos especializados de la tecnología), aún era un episodio onírico. 

En noviembre de 2022, ChatGPT dio el manotazo en la mesa y trajo la atención de todos. No solamente de los profesionales de las Tecnologías de la Información, sino de prácticamente, todo mundo. Ni siquiera fue su versión 1, sino la versión 3; y no fue la primera herramienta de Inteligencia Artificial habida hasta entonces (pues las hay incluso especializadas para temas de finanzas, servicio al cliente y gestión logística, por citar algunos), pero ChatGPT ha dejado su rúbrica en la historia de la tecnología y, probablemente, de la humanidad, al mostrar que eso que llamamos Inteligencia Artificial, existe y está entre nosotros. 

Filias y Fobias


Las redes sociales rebosan ahora de conversaciones relacionadas con la utilización de herramientas de IA para redactar informes, hacer contratos, crear ilustraciones, generar líneas de programación para aplicativos de software y para estructurar campañas de mercadotecnia. 

Ahora sobran los expertos que vaticinan escenarios de todo tipo, algunos bien fundamentados y otros con bases empíricas, aunque otros más con el uso de una ejercitada imaginación. Lo cierto es que derivado de estas oleadas de información, se han construido muchas historias que caen más en la mitología que en la realidad del ejercicio con el uso de estas nuevas tecnologías. Todos estos mitos tienen que ver más con las filias y las fobias que las mismas personas tienen en su estrecha (o, irónicamente, a veces lejana) relación con las nuevas tecnologías. 

Así que considero un buen ejercicio hacer un recuento de algunos Mitos relacionados con la inteligencia Artificial, los cuales, aclaro, podrían otros estar o no de acuerdo, y seguramente habrá más mitos por ahí, pero eso se los dejo a su propia experiencia o análisis lúdico. 

Los 6 Mitos… por ahora

MITO 1:  La Inteligencia Artificial reemplazará a todos los trabajadores
Este primero representa al que probablemente es el temor mayor infundido, pues a quién le gusta la idea de encontrarse sin empleo de la noche a la mañana y quedar a merced de una crisis de empleo mundial y rodeado de imágenes de la gran depresión de principios de siglo XX.  

Pero, cito un artículo del Financial Post: “Imagine a un grupo de caballos al final de la era Victoriana discutiendo cómo la llegada del automóvil afectaría sus trabajos. Algunos sugerirían que cada mejora tecnológica hasta la fecha habría mejorado su calidad de vida. Otros podrían decir que aunque la nueva máquina tomara sus empleos, los humanos siempre requerirían caballos por lo que su futuro económico estaría a salvo”.  

La realidad es que si bien ya no vemos caballos por doquier, tampoco se han extinguido, simplemente los humanos los empleamos para fines distintos.

Aunque la Inteligencia Artificial pueda automatizar ciertas tareas y roles específicos, también se espera que cree nuevas oportunidades e incremente la eficiencia laboral en lugar de reemplazar por completo a los trabajadores. 

MITO 2:  Solo aquellos trabajos menos calificados serán reemplazados
Resulta común pensar que los trabajos que requieren aptitudes menores son los de mayor riesgo ante la llegada de la Inteligencia Artificial; no obstante, lo cierto es que la automatización que se logrará con la Inteligencia Artificial podría afectar a una amplia gama de ocupaciones, lo cual incluye algunos trabajos de alta especialización. 

Recientemente IBM dio a conocer que cerrará un número significativo de plazas cuyas funciones ahora pueden realizarse con Inteligencia Artificial. Según la revista Forbes, serían alrededor de 7,800 posiciones a ser sustituidas en los próximos 5 años, sobre todo en áreas de back office, como recursos humanos. La verdad, es que esto puede tocar todos los niveles de adiestramiento en una profesión.

MITO 3: La IA tomará decisiones más objetivas
Si bien la Inteligencia Artificial es capaz de procesar grandes cantidades de información y ejecutar programas de analítica de datos para descubrir patrones, en realidad aún está lejos de entender ciertos contextos que le ayuden a tomar decisiones, además de que no posee la complejidad emocional de las personas. Por lo tanto, las decisiones basadas en Inteligencia Artificial están basada en sus propios algoritmos, los cuales estarán sujetos a la visión e incluso, ética de quienes lo diseñen. 

Al referirse a cómo funciona la Inteligencia Artificial, el ajedrecista ruso Garry Kasparov, famoso por sus partidas contra la computadora Big Blue de IBM (una de las cuales, perdió), comentó en entrevista con Business Insider que para la IA «se trata de establecer las reglas, y establecer las reglas significa que tienes el perímetro. Y mientras una máquina pueda operar en el perímetro sabiendo cuál es el objetivo final, incluso si esta es la única información, eso es suficiente para que las máquinas alcancen el nivel que es imposible para que los humanos compitan».

Claramente, la IA podría estar actuando sobre un patrón específico y no tomar en cuenta aspectos que incluso tienen que ver con la ética o los valores, lo cual de hecho, es una gran veta de discusión dentro del desarrollo de lA.

MITO 4: La IA no requiere supervisión humana.
La idea de que al ser implementada una solución de IA puede operar en delante de manera autónoma y, simplemente, apropiarse de una operación haciendo a un lado a las personas es completamente equivocada. La IA requiere supervisión y mantenimiento constante por parte de profesionales humanos para garantizar su funcionamiento y eficacia, así como para evitar sesgos e incluso resolver problemas no previstos. 

Citando al cantautor catalán Joan Manuel Serrat, el medio digitalbiz, publica un artículo en el que se lee “Que eso no se hace, que eso no se dice, que eso no se toca”, extraída del tema “Esos locos bajitos”, haciendo alusión a lo que se está haciendo en el Reino Unido para evitar que la IA tome cierto tipo de decisiones, con la referencia directa a la manera en la que se educa a los niños. “No hay decisiones automatizadas. Detrás de cada algoritmo siempre hay una persona o institución”.

El artículo retoma el dilema sobre si la supervisión humana permitirá o no el cabal desarrollo de la IA y retoma algunos casos ocurridos en el Reino Unido, como la aprobación de una hipoteca, o la calificación de notas escolares; que ya se están tomando con Inteligencia Artificial, y que de alguna manera cae en contradicción con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE. Sin duda, mucho camino se recorrerá en este tema aún.

MITO 5: La IA generará más desigualdad
Es cierto que existe una enorme preocupación sobre el impacto de la IA en la desigualdad económica y la distribución de empleos. De hecho podríamos decir que eso ocurre todo el tiempo con la implementación de nuevas tecnologías o cambios en modelos de negocio, económicos o incluso políticos.  Pero también es cierto que su implementación adecuada y equitativa puede contribuir a reducir la brecha. La adopción responsable de la IA entra en el terreno de la ética y deberá ir acompañada de políticas y estrategias que permitan el acceso y la capacitación para aprovechar sus beneficios. 

Si hay muchas amenazas en torno a la desigualdad, pues solo el acceso a sistemas de información ya es desigual en el mundo, además de que los algoritmos pueden abrir brechas en temas no solo económicos, sino de género o de raza, debido a que éstos “razonarían” en función de su propia programación y de las bases de datos sobre las que estén creadas y de lo cuál, detrás hay necesariamente intervención humana. 

Pero quienes estamos en este medio y tenemos acceso inmediato a estos avances tecnológicos, la responsabilidad es generar esta polémica que promueva el desarrollo de sistemas que mejoren la calidad de vida de las personas en lo general, ayudando a cerrar la brechas ya existentes hoy en día. 

MITO 6: La IA es infalible
También es una creencia errónea que la IA siempre es precisa y nunca comete errores. Sin embargo, la realidad es que los sistemas de IA pueden verse afectados por datos incorrectos, sesgos o problemas técnicos, lo que puede llevar a resultados imprecisos o inesperados. 

Por ejemplo, una treta común en ChatGPT es preguntar lo siguiente:  “Si estoy compitiendo en una carrera y rebaso a la persona que va en cuarto lugar, en qué posición me colocaré?”   La respuesta de la IA es “3º”; pero esta es una trampa de razonamiento lógico muy elemental, en la que por cierto, muchas personas aún caen. Sí, es una de esas “preguntas capciosas”.  Lo correcto es que, si rebaso al cuarto lugar, tomo su posición, así que quedaré en 4º. 

La supervisión humana es necesaria para corregir y mejorar estos errores y siempre habrá algo que mejorar. Pero, nuevamente, la Inteligencia Artificial debe verse como una herramienta y no como un sustituto de las personas.  

Como lo dije anteriormente, estos son los mitos que me llegan a la mente relacionados con los profundos océanos de información relacionada actualmente con la Inteligencia Artificial. Pero seguro hay otros por ahí. Pensar en ellos y derribarlos, nos ayudará a construir mejores escenarios de aceptación de las nuevas tecnologías en torno a la IA.

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