Con el descubrimiento de importantes yacimientos de litio en México, específicamente en las regiones norte y noroeste, ha surgido una álgida y necesaria discusión en torno a los pros y contras de los modelos de explotación de dicho mineral. Incluso el gobierno mexicano emitió un nuevo decreto con el que se pretende que sea el Estado el que gestione y regule los procesos de extracción y también, en un futuro, la cadena de valor relativa a los productos a base de litio, como las baterías.