Una pregunta que actualmente debemos hacernos es quién tiene y qué uso da a nuestros datos. En México, es relativamente común y fácil que la información personal o los de las empresas sean recabados para realizar registros, trámites o transacciones, por mencionar algunos ejemplos; estos datos, compartidos como un “acto de buena fe” en diversos medios digitales, podrían no estar necesariamente en las mejores manos. En consecuencia, el concepto de soberanía de la información ha tomado un auge importante en los últimos años.