#ÓscarDíezMartín

La tecnología y su impacto en el PIB 

En entregas anteriores, he reflexionado sobre los escenarios políticos en el país, señalando la importancia de que el sector empresarial se revitalice y adopte una postura proactiva ante estos cambios. Este dinamismo empresarial debe estar respaldado por un apoyo sólido del Estado y la tecnología, como motor de crecimiento económico, se presenta no solo como una herramienta, sino como una necesidad estratégica para que México pueda mantenerse competitivo y resiliente frente a los desafíos globales.

La economía mexicana enfrenta un conjunto de desafíos y oportunidades sin precedentes. Entre los factores que delinean este panorama se encuentran fenómenos como el nearshoring, el cambio de gobierno en México a finales de 2024, la recomposición de las hegemonías políticas y económicas a nivel global, la necesidad de fortalecer bloques económicos a través de modelos regionales y la próxima renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) en 2026.

Estos factores exógenos no solo redefinen el entorno económico, sino que también subrayan la urgencia de que en el país se aprovechen al máximo los recursos internos, especialmente en el ámbito de la tecnología, para asegurar un crecimiento económico sostenible.

El nearshoring (esta cada vez más mencionada práctica de trasladar operaciones industriales más cerca de los mercados de consumo) ha ganado relevancia en México, especialmente con la tensión comercial entre Estados Unidos y China.

México se encuentra en una posición privilegiada para atraer inversión extranjera directa, pero esto solo será posible si el país fortalece su infraestructura tecnológica. La tecnología no solo es crucial para mejorar la competitividad, sino también para garantizar que las cadenas de suministro sean más eficientes y resilientes.

En este contexto, es crucial considerar cómo la tecnología puede contribuir directamente al crecimiento del PIB de México. Estudios recientes, como los realizados por Raéf Bahrini y Alaa A. Qaffas (conocidos por sus investigaciones sobre el impacto de las TIC en el crecimiento económico), indican que la adopción de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) puede añadir entre uno y dos puntos porcentuales al crecimiento del PIB en economías en desarrollo​.

Esta proyección es especialmente relevante para México, donde el acceso a la tecnología y su integración en el sector empresarial puede ser el diferenciador clave para enfrentar con éxito los desafíos venideros.

Democratización tecnológica

Uno de los primeros pasos para aprovechar el potencial de la tecnología es asegurar que sea accesible para todos. Esto no solo implica la disponibilidad de dispositivos y servicios digitales, sino también la educación y capacitación necesarias para que más personas puedan beneficiarse de estas herramientas.

Cuando más mexicanos tienen acceso a la tecnología, se genera un círculo virtuoso: aumenta el consumo de servicios digitales, se crean nuevas oportunidades de negocio, y se fomenta la innovación. José Ramón López Portillo, un experto en políticas públicas, y Mariana Mazzucato, reconocida economista que analiza la innovación y el papel del estado, han subrayado que la tecnología solo alcanza su verdadero potencial cuando está al alcance de todos. Esta democratización es crucial para crear un mercado interno dinámico y capaz de sostener el crecimiento económico a largo plazo.

En un país con una gran desigualdad en el acceso a la tecnología, cerrar la brecha digital no solo es un imperativo moral, sino también una estrategia económica. A medida que más personas acceden a internet y a tecnologías avanzadas, se incrementa la demanda de servicios y productos tecnológicos, lo que impulsa la economía en su conjunto. Este proceso podría traducirse en un crecimiento adicional de hasta dos puntos porcentuales en el PIB, como lo sugieren los estudios de Bahrini y Qaffas​.

Las PyMEs son el pilar de la economía mexicana, pues representan 99% de las unidades económicas y más de 50% del empleo. Sin embargo, muchas de estas empresas aún operan con tecnologías obsoletas, lo que limita su capacidad para competir tanto a nivel nacional como internacional. Es por ello por lo que la adopción de tecnologías digitales se vuelve crucial.

José Luis Ocegueda Hernández, quien ha investigado el impacto del crecimiento regional en México, destaca que la adopción de tecnología es esencial para que las PyMEs puedan mejorar su productividad y acceder a nuevos mercados​. Bernard Fingleton, Manfred M. Fischer, expertos en economías regionales, han demostrado que la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas puede potenciar la innovación y la adopción tecnológica en las empresas pequeñas​.

La tecnología puede ayudar a las PyMEs a automatizar procesos, mejorar la gestión de sus recursos y conectarse con clientes y proveedores en todo el mundo. Esto no solo aumenta su competitividad, sino que también fortalece las cadenas de suministro, haciéndolas más resilientes ante crisis globales y fluctuaciones del mercado.

Círculos virtuosos de desarrollo

La resiliencia de las cadenas de suministro es otro aspecto clave que se beneficia enormemente de la tecnología. Cuando las PyMEs son más eficientes y competitivas, las cadenas de suministro se fortalecen, reduciendo costos y mejorando la calidad de los productos. Expertos en econometría, han demostrado que la tecnología puede generar un crecimiento económico sostenido al optimizar la gestión de recursos y la interacción entre diferentes actores de la cadena productiva​.

En un mundo donde las cadenas de suministro globales están bajo constante presión, una red sólida de PyMEs tecnológicamente avanzadas puede hacer la diferencia. Yuval Noah Harari, historiador y autor conocido por sus reflexiones sobre el futuro de la humanidad, advierte que los países que no integren la tecnología en todos los niveles de su economía quedarán rezagados en la nueva era digital. México tiene la oportunidad de utilizar la tecnología no solo para fortalecer su economía, sino también para convertirse en un actor clave en las cadenas de suministro globales.

La tecnología es un motor esencial para el crecimiento económico en México, especialmente en un contexto global tan dinámico como el actual.

La democratización de la tecnología y el fortalecimiento del tejido de las PyMEs son estrategias clave que pueden agregar entre uno y dos puntos porcentuales al PIB, asegurando que México esté preparado para enfrentar los desafíos futuros.

Es fundamental que tanto el sector privado como el público trabajen en conjunto para cerrar la brecha digital, fortalecer las cadenas de suministro y aprovechar las oportunidades que ofrece la era digital. Con un enfoque proactivo y colaborativo, México puede asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo en los próximos años.

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