En los últimos años, México ha experimentado un crecimiento notable en la industria de centros de datos, impulsado por el auge del comercio electrónico, la adopción de tecnologías en la nube y un mayor uso de dispositivos conectados.
Este desarrollo está transformando a México en un hub tecnológico clave, especialmente en regiones como Querétaro, donde empresas globales como Microsoft, AWS y Equinix están estableciendo y expandiendo sus operaciones.
No obstante (siempre hay uno), este crecimiento plantea desafíos significativos en términos de sostenibilidad medioambiental, especialmente en lo que respecta al consumo de energía y las emisiones de carbono.
Datos energéticos
A nivel global, según lo reportan los medios especializados, los centros de datos son responsables de aproximadamente 1% del uso global de electricidad, pero también estiman que esta cifra podría incrementarse de manera sustancial en los próximos años.
En México, la tendencia no es diferente, con un aumento en el consumo energético impulsado por la vorágine evolutiva de aplicaciones digitales y dispositivos conectados. Este incremento en el consumo de energía representa no solo un desafío económico, con hasta un 70% de los costos operativos de un centro de datos atribuidos al consumo energético, sino también un desafío ambiental digno de no ser ignorado.
Para abordar estos desafíos, la industria de los data centers está buscando enfoques innovadores en el diseño y operación de centros de datos. Los sistemas de enfriamiento, en particular, han evolucionado para ser más eficientes y sostenibles.
Tecnologías como el enfriamiento por inmersión líquida, enfriamiento adiabático y sistemas de enfriamiento de distrito están reemplazando los métodos convencionales, reduciendo el uso de energía y agua. Por otro lado, la eficiencia energética se está mejorando con el diseño de corredores de aire caliente/frío y la adopción de refrigerantes naturales.
En otro frente de la batalla, la transformación energética hacia modelos más sostenibles también está en marcha, con un enfoque creciente en el uso de energías renovables y la construcción sostenible. Estos avances son fundamentales no solo para reducir la huella de carbono de los centros de datos, sino también para alinearse con los objetivos climáticos cada vez más imperantes en el plano internacional, como los delineados en el Acuerdo de París.
Vaivén de paradojas
Así que, si lo queremos ver drásticamente, vivimos en una paradoja, en la que el crecimiento de los centros de datos en México se presenta como un beneficio innegable para el desarrollo económico y social del país; pero sobre este crecimiento, existen desafíos en términos de sostenibilidad lo que, en un doble juego de paradojas, también abre la oportunidad para que aquí se lidere la adopción de tecnologías y prácticas más sostenibles.
La eficiencia energética, el uso de energías renovables y la innovación en sistemas de enfriamiento son por ahora las estrategias que la industria de centros de datos está usando para mitigar su impacto ambiental. En México, sería bueno que, bajo un esquema de triple hélice, se sigan estas líneas de pensamiento para asegurar que el desarrollo tecnológico no solo sea robusto y avanzado, sino también viable en términos de responsabilidad con el medio ambiente.