Generación Z

Generación Z, ¿de verdad son diferentes?

Muchas veces, las personas que trabajamos en el área de tecnología no nos damos cuenta del impacto cultural que esta evolución vertiginosa determinada por la ley de Moore. Los servicios y los productos que nos ofrecen nuestros nuevos gadgets, que siendo más justos, son nuevas herramientas, de alguna manera los hemos vaticinado en nuestro día a día, mientras vemos el rumbo del desarrollo de la informática, la electrónica, la cibernética. Lo que es muy difícil ver, y esa es más una tarea de antropólogos, es cómo impactan estos cambios en los hábitos, costumbres e ideas en la sociedad. 

En este sentido, la influencia de las distintas generaciones, determinadas por su nivel y tipo de acceso a la información, se manifiesta de manera evidente en la cultura laboral, en los hábitos de consumo, las capacidades y habilidades, y en el esquema de pensamiento. Este fenómeno se ha vuelto exponencial, siendo la Generación Z un claro ejemplo de cómo las nuevas generaciones están transformando el panorama. 

La Generación Z, también conocida como la de “los centennials”, está marcando un cambio significativo en distintos espacios culturales de la sociedad contemporánea. Este fenómeno, ha llamado la atención de especialistas y ya es un objeto de observación.

El paradigma del consumo sostenible


Basándome en información que, de hecho, ha sido bastante digerida ya, la Generación Z, compuesta por aquellos nacidos entre 1995 y 2012, ha crecido en un mundo digitalizado, con acceso a una cantidad sin precedentes de información y conexiones globales. 

Lo que se ha puesto de manifiesto es que esta exposición temprana a la tecnología ha influido en su manera de consumir y en sus valores. Entre las características más notables de esta generación está su enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental. 

Con la caída de las barreras de información, el conocimiento sobre el impacto negativo de los procesos productivos y los hábitos de consumo en el medio ambiente se ha diseminado desde distintas aristas y con vasta información, lo que ha derivado en que estos jóvenes centennials (ya no tan jóvenes) estén orientando sus elecciones hacia una cultura más sustentable.

Y muchos datos respaldan esta tendencia. Según un estudio realizado por Wharton, los consumidores de todas las generaciones están más dispuestos a gastar en productos sostenibles en comparación con años anteriores. La Generación X, que son los padres de muchos centennials, lidera este aumento en la disposición a pagar más por productos sustentables. Los datos revelan que todas las generaciones están dispuestas a gastar un 10% adicional o más en productos sostenibles en comparación con datos anteriores. 

Pero ahora, con el arribo de la Generación Z al campo de las decisiones de consumo, esto parece ser ya un común denominador, puesto que sus mentes aún de infantes fueron impregnándose ya con estas preocupaciones. 

Este enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental tiene un impacto significativo en las preferencias de consumo. La Generación Z busca marcas y productos que se alineen con sus valores personales, incluyendo la protección del medio ambiente. Su lealtad a las marcas depende en gran medida de la coherencia de estas marcas con sus valores. Para los centennials, la sostenibilidad no se limita solo a los productos en sí, sino también a la fabricación sostenible y al compromiso genuino de las empresas con la causa ambiental.

Es por ello por lo que cada vez mayor número de empresas orientan sus campañas de publicidad y marketing para dar a conocer su impacto en la huella de carbono de todos sus procesos de producción como una prioridad alineada a valores adaptados a esta nueva realidad. De hecho, algunos estudios indican que el empleo de las tecnologías limpias es visto en la actualidad como una fuente de ventajas competitivas para las empresas. 

Jóvenes Z en el trabajo

Con la entrada de la Generación Z en el mercado laboral estamos observando el surgimiento de nuevos desafíos y oportunidades para los empleadores. Y vaya que hay que tomárselo en serio, pues con un 47% de la fuerza laboral proyectada para estar compuesta por esta generación en 2025, es esencial comprender sus características y preferencias laborales.

Como ya comenté, los centennials son nativos digitales, lo que significa que han crecido rodeados de tecnología y tienen una comprensión innata de las plataformas digitales y las redes sociales. Esta habilidad digital es una ventaja en un mundo laboral cada vez más orientado a la tecnología. Además, tienen un fuerte deseo de aprendizaje constante y una disposición a asumir retos con mayor audacia. 

No se exagera ni, mucho menos, es broma que buscan cambiar el mundo y priorizan sus valores personales sobre los de las empresas para las que trabajan. Esto plantea un desafío para los empleadores en términos de retención de talento, ya que deben proporcionar un entorno de trabajo que fomente el crecimiento personal y ofrezca reconocimiento y congruencia con los valores de los empleados, pero con esa visión de cambio… y no tan a futuro.

Como la Generación Z también ha sido influenciada por su exposición a la información global a través de Internet y las redes sociales,  ha moldeado su mentalidad de manera más cosmopolita y abierta a la diversidad étnica, religiosa, lingüística y sexual. Este enfoque inclusivo y tolerante puede tener un impacto positivo en la cultura de trabajo y en la dinámica de equipo en las empresas. Pero, nuevamente, es un cambio que afrontar, que en algunos casos, en estructuras de empresa más rígidas, esto puede ser un verdadero dolor de cabeza. 

Y, ¿qué sigue?

La influencia de la Generación Z en la sociedad está en ciernes. A medida que esta generación continúa creciendo y desarrollándose, su impacto en la cultura, el consumo y el trabajo podría presentar otros retos. Y por si fuera poco, la próxima generación, conocida como Generación Alpha, ya está emergiendo, y es probable que también tendrá sus, por decirlo de manera neutral, particularidades. Esta población, cuya forma de ver el mundo es completamente a través de las pantallas y la interacción con modelos de IA, como comandos de voz o contenidos personalizados (para ellos eso no es novedad, lo es todo), podría dirigirse a las empresas con exigencias que hoy, aún no tenemos contempladas.

En última instancia, el cambio generacional es inevitable y esencial para el progreso de la humanidad. Cada generación aporta nuevas perspectivas, valores y habilidades que contribuyen a la evolución de la cultura y la economía. La Generación Z, tiene un enfoque en la sostenibilidad, la tecnología y los valores personales, y es por ahora cambio que se está definiendo. No me cabe la menor duda de que aquellas empresas que entiendan más rápido a estos “nuevos empleados” y “consumidores emergentes”, serán las que crecerán exponencialmente en los próximos años… o al menos, no desaparecerán.

 

Los comentarios están cerrados.